El rubio parlanchín cordobès tiene millones de seguidores en las redes sociales, miles de jovencitas histèricas que siguen sus conciertos y la popularidad que le permitiò acceder al festival màs importante del año. ¿Tiene fecha de vencimiento alguien que no sabe cantar ni armar canciones con peso artìstico propio?
Por Gabriel Imparato
(Capital Federal – Lunes 01 de Abril de 2019) Seleccionado obviamente por el impacto de popularidad que le permite vender tickets como si fuese agua para cualquier evento, la llegada de Paulo Londra al ùltimo dìa de la sexta ediciòn del Lollapalooza Argentina en el escenario principal, no solo garantizò muy velozmente a los organizadores un importante nùmero de entradas vendidas casi al anunciarse su presencia, sino la ratificaciòn concreta y puntual que cualquiera puede subir a un escenario importante en la actualidad màs allà de si està capacitado para hacerlo o si en su propuesta hay algo de talento artìstico.
Paulo Londra es el emergente de las nuevas generaciones, esas a las que los Beatles o los Stones les deben parecer insufribles tiranosaurios admirados por sus progenitores o abuelos. Hoy la mùsica no pasa por un disco fìsico, una buena canciòn y mucho menos por un proyecto creativo conceptual que sorprenda al oyente hasta enamorarlo como si fuese la perfección hecha mùsica. El presente pasa por una secuencia rìtmica, por favor lo màs monòtona que resulte posible, una voz sin demasiadas variaciones y estructuras gramaticales dignas de los cavernìcolas que sucumbieron cuando la transformación mono-hombre devino en una superaciòn de la que emergemos con màs raciocinio y pensamiento.
La maravillosa convocatoria que exhibe el festival Lollapalooza Argentina 2019 es fruto de la fantàstica tarea de mercadotècnia que concibe al mismo como un lugar de reuniòn, màs allà de los protagonistas musicales en cuestión, un hallazgo fenomenal que muestra la inteligencia de Diego Filkenstein y su equipo para instalar con grandiosa respuesta un evento anual que se ha convertido en la vedette de los megaeventos sociales. Los tiempos que corren muestran del dominio del hip hop, el rap, el trap y lo urbano, presentados con mucha pompa, glamour, marketing y efectos especiales. Por eso el Lollapalooza 2019 es en estas tres fechas un canto a la diversidad artìstica, la mayor exposición de figuras de la escena under y no tanto perfumadas por estas tendencias, amèn de una consolidación que ubica a la mùsica hecha y derecha por detràs del formato, la manera de presentarlo y los protagonistas de esta conducta sobre un escenario.
Si en el pensamiento popular la mùsica era el arte de combinar los sonidos, probablemente ese famoso arte ahora sea la fòrmula de combinar las fotocopias sonoras con un protagonista parlanchín, desprovisto de toda capacitaciòn artìstica, narrando cosas de la manera màs desganada posible mostrando una serie de historias que cuanto màs tengan de marginales, màs impacto comercial aseguren a los artífices de este nuevo currito que ahora algunos miran con demasiado respeto.
Charly Garcìa, cuando su disquetera cerebral funcionaba al ciento por ciento, respondiò a la consulta sobre su mirada del rap indicando serio que“los que no saben cantar, hacen rap”, una gentil respuesta que luego respaldò con el“rap de las hormigas”, un brutal hit de su ùltima obra cumbre“Parte de la religión”. Si el rap no muriò en los estertores del viejo milenio, fue sencillamente porque supo mezclarse con otras tendencias, generando en ese acto una admiración y respeto por la canciòn propiamente dicha. Sobran los ejemplos de los que usaron el gènero rap para amplificar otras estructuras, tal las conductas de los RUN DMC, Beastie Boys, Eminem, Puff Daddy, Notorious BIG y Snog Doggy Dog,entre otros, teniendo su cuidada correspondencia con los IKV en Argentina y otras propuestas del gènero que se hicieron un espacio en la escena artìstica mezclando ciertas tendencias con el famoso“rappeo”.
Lo cierto es que la crisis global, no solo afecta a las cosechas de soja, maìz u otros comoditys de la sociedad, cayendo en esta volteada naturalmente las formas creativas de la mùsica, las cuales en el cruce de milenios han sucumbido primero a las fòrmulas comerciales de cantantes emergidos de los reality televisivos, para años màs tarde asignarle un protagonismo prioritario y decisivo a la cantidad de seguidores que una cuenta de red social ostente ante los demàs involucrados en la galopa telefònica del nuevo milenio. La mùsica?, muy bien gracias.
La pauperización del arte de combinar los sonidos encuentra en este respetable joven de Còrdoba su màxima expresión, un carilindo con cierto aire a Javier Bardem que propala temas que llevan tìtulos tan impresentables como su artífice, nombres de canciones propias de un“Pomelo”de cumbia oxidada que pasò una noche complicada con un làpiz y un papel pensando como titular sus criaturas sonoras a la hora de exhibirlas. Un DJ o alguien que atràs dispara pistas grabadas, es el ejemplo del mal momento que vive la mùsica, cuando los gigantescos escenarios apenas albergan un seudo cantante y alguien con un par de consolas electrònicas.
Para què construir tanta escenificación en un predio, si apenas dos individuos estaràn sobre la misma? El show de Londra mixea los insufribles griterìos de los Parchìs, Menudo, Tremendo, The Backstreet Boys, Jonas Brothers, Justin Bieber y los Power Rangers, mientras una insufrible base de cumbia, hip hop y otras berretadas sònicas aturde con su volumen prepotente. Ubicado al anochecer, ideal para el epìlogo familiar de un tandem en el predio bonaerense mientras la madre alerta que finalizado el show enfilaràn veloces para el hogar, Paulo Londra cumple la misiòn de entretener con las sobras de los residuos de los descartes que alguna vez una sociedad denominò mùsica. Pero ojo, criticarlo puede ser como subirse a un misil contra el sol ante el devastador respaldo de millones de seguidores en el clorhidrato de cocaìna telefònica que apoya a la estrella ante cada movimiento y conducta. Para mal de males, Jorge Lanata le cumple el berretìn a su hija y pone de cortina una de las“canciones”a su prestigioso programa de radio, ciclo en el que se permite decir que la película sobre un cantante de rock le pareciò bastante aburrida. Son los tiempos que corren, nò?
Cerrando la tercera fecha y mientras los màs pequeños creen estar presenciando el show de sus vidas, desfilan secuencias tituladas tales como“Condenado para el millòn”, “Relax”, “Yeah”(sobre un tema de Usher), “Noche Complicada”, “Càmara Lenta”, “Me tiene mal”, “Luna Llena”, “Chica paranormal”, “Nena maldición”, “Dìmelo”, “Cuando te besè”y uno de sus hits, “Forever Alone”, primero en versión acùstica y segundos màs tarde con la compañìa de Steve Aoki, DJ que remixò su tema para imponerlo en todas las discotecas del cuartomundismo. Naturalmente el mega èxito de“Adàn y Eva”, cortina de “Lanata sin filtro”, suena en el Hipòdromo y las personas mayores no pueden evitar allì descostillarse cuando el protagonista empieza a pronunciar, palabras acentuadas como si un caballo le hubiese fracturado el hueso craneano central con un firme patadòn.
Todos celebran la simpatía del rubio cordobès sobre escena y el rato que los màs chicos pasan en medio de un evento super organizado y prestigioso. El nuevo“Cumbio”de la mùsica sale intacto y sin raspones de su debut en el escenario principal del Lollapalooza, mientras una multitud en caravana silenciosa marcha al Main Stage 2, lugar al que ha sido confinado Lenny Kravitz, culpable de hacer rock y otras tendencias artìsticas, sin la voluminosa y despampanante cuenta de redes sociales del carilindo de la zona mediterrànea. El signo de los tiempos hace una caravana invisible en el mega festival y solo resta respetar el cambio creativo como otra baldosa hacia un destino inimaginado, un presente donde poco importa si quien està arriba del escenario saber cantar o si està acompañado por mùsicos.
