“Inferno”, una pesadilla en tiempo real cuando la abolición semántica borra la catacumba de castigo tradicional

El espectáculo interpretado por  Rafael Spregelburd, Andrea Garrote, Violeta Urtizberea, Guido Losantos y el músico Nicolás Varchausky incursiona en el formato multitópico, intenso guión conceptual donde el cielo o el infierno no son las únicas posibilidades tras la muerte. La obra sumará a la intérprete Pilar Gamboa durante los meses de marzo y abril reemplazando a Andrea Garrote en los roles efectuados por esta actriz.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 001

Un elenco que despliega una entrega interpretativa muy energética. Los artistas en «Inferno» exponen todas sus sensaciones en una historia sin respiros.

(NOMBRE PARA SITIO WEB)

(Capital Federal – Jueves 16 de Febrero de 2023) La segunda temporada de la exitosa obra “Inferno” llegò al mítico teatro Astros, aquella histórica sala que en los ‘80s cobijó a Soda Stereo, Virus, Sumo, Fito Páez, Charly García, Los Twist y otros referentes musicales de peso, sin olvidar que este icónico lugar fue base de operaciones para los teatros de revista y los shows humorísticos de referentes artísticos como Antonio Gasalla, entre otros. Por eso el debut de la obra de Rafael Spregelburd en ese distintivo ámbito del microcentro, tuvo una significación especial en este famoso espacio reformulado antes de la pandemia, sala que perdió parte de su platea, pero conservó la dimensiòn de su boca de escenario. El lanzamiento de la segunda temporada de la pieza no pasó desapercibido para los medios o los espectadores, quienes anoche testimoniaron el esperado arranque de la pieza agotando todas las localidades en su premiere veraniega. .

Un prestigioso especialista que conoce al dedillo los espectáculos del autor, director y actor, sugiere ir físicamente descansado, porque las obras de Spregelburd suelen ser no solo extensas al límite, sino teñidas de una intensidad emocional poco habitual. Es como presenciar justo en la confortable platea baja de un estadio, una final mundialista que contiene el ingreso de las formaciones, la ejecución de los himnos, el partido tradicional, el alargue, los incontables penales y la prolongada entrega de premios, desafiando así los reflejos físicos para mantenerse concentrado durante los casi 160 minutos de show ofrecido, si se contabiliza que antes del arranque propiamente dicho, hay un tramo musical con audios de fondo que van creando una opresiva atmósfera antes que la pieza se ponga en marcha, con todos sus protagonistas abocados a brindarse muy plenos de manera efusiva, pero sin maniqueos de extroversión condicionada por el guión teatral.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 003)

«Inferno», un espectáculo sin respiros para los intérpretes y la audiencia. La obra durante 150 minutos expone una historia donde todo será cuestionado hasta las últimas consecuencias.

La obra “Inferno” es un texto comisionado al artista argentino Rafael Spregelburd por el “Vorarlberger Landestheater Bregenz de Austria”, con el fin de celebrar los 500 años de “El Bosco”. Totalmente inspirado en el eterno asombro de esa pintura abigarrada, lúdica, moral, profética, el autor diseña un complejo laberinto sobre el pecado, la culpa, la virtud y la tortura del alma, una suerte de particular heptalogía en siete breves cantos asimétricos que llevan al límite todas las posibilidades expresivas de sus intérpretes sobre escena. El planteo expuesto por este espectáculo se encuadra dentro del contexto de obras con una múltiple gama de situaciones aconteciendo simultáneamente, con textos cruzados que se van enlazando constantemente hasta generar un show teatral con distintas perspectivas de temáticas, las cuales se dirigen a un centro convergente de posturas o posiciones del autor con respeto a las situaciones o temas abarcados. Esto que obliga de forma inapelable al espectador a mantenerse muy atento con cada uno de los diálogos que sostienen los protagonistas, en esos prolongados ciento veinticinco minutos que “Inferno” comprende buscando explorar otras curiosas lecturas dentro del sistema social que conocemos hasta el momento.

En esta pieza que se estrenó durante el 2022 con notable repercusión de público y buenas críticas, el espectador hallará muchos tópicos que ganaron espacio en el análisis social de este territorio, como la diversidad de género, el destrato a la masa femenina existente, los prejuicios patriarcales y también las miradas psicoanalíticas sobre conductas que antes se avalaban sin evaluación alguna. Sin proponérselo, Rafael Spregelburd consigue que todos estos aspectos planteados en el espectáculo ingresen a un territorio que por maniqueísmos subliminales de sus expositores, queden totalmente desposeídos de protección o defensa natural, desnudando así una gran manipulación de las estructuras políticas que los han potenciado, como única alternativa a la brutal y devastadora crisis que atraviesa esta sociedad a pocas décadas de comenzado un nuevo milenio, tan mediocre, insensible, devaluado y decadente en la casi totalidad de sus habituales comportamientos cotidianos.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 004)

Violeta Urtizberea y otra performance profesional muy calificada. La actriz sobresale en sus diferentes roles durante toda la presentación teatral.

Burlarse de un logro que impide a la gente no padecer anteriores problemas estructurales que otros dirigentes jamás combatieron, ubica al espectador delante de una crítica que se invalida desde el preciso instante que decide sin justificación alguna sermonear a una sociedad muerta en vida que no recapacita con las situaciones que atraviesa minuto a minuto respaldándolas de manera hipócrita. En la obra de Rafael Spregelburd aquellos que pretenden ponerse en jueces morales, en segundos desnudan sus oportunismos bajo la postura de una ayuda planetaria social de la cual no creen en lo más mìnimo. El trabajo de tono interpretativo que proponen sus artistas sobre escena, los obliga a mantenerse dentro de un sincronismo de relojería actoral donde si uno se equivoca arrastrará a los demàs al precipicio de un aterrador laberinto de confusiones, generando una adrenalina expresiva muy veraz y llevadera, actitud que emerge como una muy profusa gama de textos donde sobresalen las actuaciones de Andrea Garrote y Violeta Urtizberea, quienes cargan con roles realmente muy demandantes a lo largo del espectáculo.

Si el Vaticano ha decidido abolir el infierno, para transformarlo en un avatar operacional de dimensiones incalculables en tiempo y espacio, el espectador de este “Inferno” hallará una cárcel mental dentro de otra, cuando el bien y el mal no puedan decidir ni siquiera por penales quien tiene razón sobre el otro. La sociedad mundial en muchos lugares de sus valores y consideraciones generales, parece interesada en acelerar una autodestrucción que la obra desafortunadamente no contempla, tal vez más abocada en exponer aquellos arquetipos de conducta donde lo bueno o malo depende del sentido político que decidan asumir sus involucrados. El dominio final de la razón no importa, porque hay una prédica en sus protagonistas como citaba la canciòn “Jesús he knows me” del grupo británico de rock progresivo Génesis en su álbum “We can`t dance”, desnudando la enorme caradurez de aquellos predicadores que confesaban tras bambalinas “has lo que yo digo, no lo que yo hago”. Actuada con intensidad, “Inferno” se sumerge en la psicosis de individuos que no terminan de encastrar jamás con sus destinos y deambulan en laberintos cilíndricos sin escape.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 005)

La música y una injerencia emocional no menor. La participación del músico y actor Nicolás Varchausky aporta al evento teatral un dinamismo muy cautivante.

Sinopsis emergente desde la producción teatral 

Luego de un viaje etílico y no del todo claro a Santiago de Chile, un añejo periodista de columnas de turismo despierta algo confundido. Dos catequistas lo sacan de la cama para traerle urgentes novedades: el Vaticano ha abolido el infierno. Ahora que el sitio específico de condena para las almas no existe más como lugar en sí sino que pasa a ser sólo una palabra, resulta que el infierno está en todas partes. Está en el lenguaje. La única forma de escapar del infierno es con siete llaves. Hay que aprender las siete virtudes: fe, esperanza, caridad, templanza, justicia, prudencia, fortaleza. Pero así como el infierno se organizaba en círculos, la virtud también: parece imposible ejercitar las siete virtudes a la vez porque son descentradas e incompatibles, están mal definidas y el daño llama inexorablemente al daño. Una fábula moral dentro de otra, que es a su vez el plagio de un escritor vanidoso que copió un argumento de un ocioso suplemento literario basado en géneros playeros; ahora todos deberán pagar el simulacro: el autor, su abogada, sus críticos, sus víctimas, sus personajes secundarios, sus ángeles y sus torturadores. Y nadie es tan estúpido como para hacerse aparecer en sus relatos con su nombre real.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 002)

Soportando la ausencia del cielo y el infierno. En el Vaticano abolieron el espacio de castigo y el protagonista de la historia entrará en un laberinto de curiosos cuestionamientos.

Datos operativos del espectáculo detallados por la producción

En el renovado Teatro Astros, Andrea Stivel y Claudio Gelemur para Blueteam Group  producen esta pieza de la Compañía El Patrón Vázquez fundada por Garrote y Spregelburd hace casi 30 años, y que por primera vez estrena un espectáculo en la calle Corrientes. Inferno es un texto comisionado a Rafael Spregelburd por el Vorarlberger Landestheater Bregenz de Austria para celebrar los 500 años de El Bosco. Inspirado en el eterno asombro de esa pintura abigarrada, lúdica, moral, profética, el autor diseña un complejo laberinto sobre el pecado, la culpa, la virtud y la tortura del alma, una suerte de heptalogía en siete breves cantos asimétricos que llevan al límite las posibilidades expresivas de Andrea Garrote, Violeta Urtizberea y Guido Losantos junto al propio Spregelburd. Con música en vivo de Nicolás Varchausky (que se mueve entre la electroacústica y la performance), vestuario de Lara Sol Gaudini y un espacio diseñado por Santiago Badillo (intervenido para la ocasión por la fotografía de Marcos López), la obra cuenta con la producción artística de Carolina Stegmayer para El Patrón Vázquez, la compañía fundada por Garrote y Spregelburd en 1994.

Inferno (Foto cortesía Agencia SMW - Silvia Santos y Raul Casalotti 006)

Una incorporación de mucha calidad. La actriz Pilar Gamboa se sumará durante marzo y abril reemplazando a la intérprete Andrea Garrote, quien había adquirido compromisos previos impostergables para estos meses.

Palabras del autor sobre este espectáculo

“Inferno” me permite trabajar una vez más sobre las obsesiones permanentes: el mundo como creación del lenguaje, el caos, la catástrofe, la culpa, la estafa. Ante la propuesta de reinterpretar el infierno simbólico de la pintura del Bosco, decidí más bien traer el infierno lo más cerca posible de nuestra experiencia real. Somos un país atravesado por un trauma infernal, el de la dictadura, y aún estamos imaginando cómo balbucear por fuera de ese tabú. Me acompaña un equipo soñado de comediantes desaforadas para pintar con un humor incómodo las horas más negras de nuestro infierno común. Nos hemos abocado a la tarea titánica de abordar un imposible: tejer historias con los retazos de una tela desgarrada por el horror. El espacio de este drama (la arquitectura de una pesadilla que no se anuncia como tal) está hecho de horror vacui, de símbolos, de plagios, de duplicaciones, de caos y de desgarros. El teatro Astros asume la enorme aventura de enmarcar con grandeza este proyecto ambicioso. Rafael Spregelburd

Fotos Prensa «Inferno». Agencia SMW (Silvia Santos y Raul Casalotti)