El próximo jueves 18 de agosto se estrena el film “El Monte”, largometraje protagonizado por el reconocido actor argentino. A pocos días del estreno, el intérprete habló a solas con Noticias 1440 analizando este trabajo y otras experiencias profesionales.
Un incansable de la profesión. Garzón hace teatro con un unipersonal y en los huecos filma varias películas.
(Capital Federal – Martes 09 de Agosto de 2022) Ayer finalmente quedó confirmado que el próximo jueves 18 de agosto será el día de estreno de la película «El monte», flamante realización del director Sebastián Caulier («La inocencia de la araña» y «El corral»), una producción protagonizada por Gustavo Garzón, Juan Barberini y Gabriela Pastor, material que fue rodado en escenarios naturales de Formosa. Esta producción argentina comenzó a rodarse durante el mes de marzo de 2020 y debió suspenderse inesperadamente cuando finalmente el gobierno argentino estableció por decreto el ASPO (Aislamiento Sanitario Preventivo y Obligatorio), ante la confirmación de la pandemia de “covid 19” en nuestro país.
La película se retomó cinco meses más tarde, también en la bella localidad formoseña de “Herradura”, donde se completaron algunas escenas, pero también un determinado tramo del film debió ser continuado en Buenos Aires, en el barrio de Flores, por inconvenientes técnicos insalvables durante el rodaje. El film cuenta la historia de Nicolás (J.Barberini), quien vuelve a Formosa para rescatar a Rafael, su padre (G.Garzón), quien de una manera repentina e inexplicable abandonó su carrera, su hogar y vínculos para internarse en una casa ruinosa en medio del monte. A medida que transcurren los días, Nicolás empieza a percibir una extraña conexión entre su padre y la naturaleza que los rodea, descubriendo que en ese lugar subyace un secreto ancestral que puede poner en peligro sus vidas.
Un junket con una graciosa apertura
Este nuevo proyecto fílmico de Sebastián Caulier fue presentado a los medios durante un junket en el Teatro General San Martín, una jornada donde luego de la proyección todos los medios presentes pudieron dialogar con el realizador y el muy prestigioso intérprete argentino. Después de emitida la película, por cuestiones de horarios, solo quedaron en la sala de proyección aquellos profesionales que habían concertado previamente notas con estas figuras. Al ingresar al lugar de proyección, fiel a su excelente buen humor, el actor argentino no pudo con su genio y recordó una anécdota vivida en España al respecto.
“Me acuerdo que fui a la presentación de una película en España, había cuatro periodistas, tres estaban durmiendo, estaba yo y me enteré que se había peleado el productor con el director. El productor le retiró todo el apoyo y le dijo “estrenala vos solo, morite!”, nunca se estrenó, yo no sabía nada, ocurrió hace unos diez años. El productor tenía razón, el director era un necio (risas)”, comenta disparatadamente sin brindar más datos este muy talentoso actor, poco antes de sentarse a charlar a solas con Noticias 1440. Durante 90 minutos, el intérprete respondió las preguntas de este medio esta producción, material que pudo verse como pre-estreno en la última edición del festival BAFICI en la Capital Federal.
En el monte formoseño. Varias semanas de rodaje en Herradura, una bella localidad en el norte argentino.
Sobre fuerzas naturales y otros temas
¿Qué te cautivó del personaje y cómo fuíste desarrollando en el día a día ese estado de “posesión” que tiene ese hombre alojado muy cerca del monte? Gustavo Garzón: el personaje es una antítesis mía, no soy así como padre ni tampoco creo en las fuerzas sobre naturales ni nada de eso, por eso ese papel me obligaba a salirme de mí, que es lo que más me gusta como intérprete. A veces uno tiene esa posibilidad de correrse de lo esperable, además es un individuo con otro aspecto físico. Yo soy un tipo bastante normal dentro de todo, tenía que salirme de esa normalidad, pasar a ese cuerpo, entonces busqué mucho por ese lado y especialmente por la mirada, cómo mirar y cómo pensar. Es instintivo, pero algo tenía que hacer, tenía que arriesgar, con lo que hago siempre no iba a alcanzar. Me gustó ese desafío, tener que meter el cuerpo sí o sí, transformarme, hacer algo, con la voz, con la mano, algo tenía que hacer, porque sino no iba a ser verosímil ni para mí ni para el que lo miraba. Así que me entregué a la experiencia y me brindé con el cuerpo.
Manejaste muy bien ese “exorcismo geográfico” desde lo estrictamente facial. Gustavo Garzón: No sé, yo estaba ahí, no sé, miraba, la verdad, no sé como explicarlo, estaba concentrado, sabiendo que si no estaba de esa forma iba a salir mal. Mi mirada no podía ser la habitual, tenía que ser más profunda, intensa, no con los pies en la tierra, era otra cosa, levantar vuelo hacia algún lado que no sé cual era, algo tenía que hacer pero no sé que hice. Sentí que me tenía que transformar.
¿Cómo fue la interpretación allí en medio de tantos animales de la zona? Gustavo Garzón: Yo soy muy cobarde, le tenía miedo a los monos, le tengo miedo a los monos, me impresionan mal, me parecen asquerosos, no sé porqué tengo un problema con los monos, además son tan parecidos a nosotros que me impresiona, encima estos monos te cagan encima. Como no les gusta la gente, cagan, agarran la caca y te la tiran, estaba todo el tiempo viendo que no me caguen los monos, con el yacaré ni te digo. Esa escena con uno fue la prueba de arrojo más grande de mi vida, porque soy bastante cobarde, esa es la realidad, soy bicho de ciudad, me dan impresión los animales. A mí me gustan los perros, con las vacas no tengo problemas, los caballos hasta ahí, después es todo un mundo que me halla desacomodado, entonces fue entregarme a una experiencia de valentía, tomando en cuenta mi cobardía, nó? Yo andaba con pies de plomo y mirando mucho a los monos, los ruidos que hacen son impresionantes. Hasta el pavo real, abrí la puerta de la habitación y había un pavo real, que raros son los animales, tan distintos a nosotros. Igual el yacaré estaba amaestrado y los monos se portaron muy bien.
Los protagonistas en una historia con suspenso. Gustavo Garzón y Juan Barberini en el rodaje.
La noche que la pandemia alteró todo
Estaban filmando en la tarde del jueves 19 de marzo de 2020 en Formosa. Esa noche se declaró el ASPO con el arribo oficial de la pandemia. Muy fuerte, nó? Gustavo Garzón: Bueno, en ese instante yo intenté rajarme, muy desesperadamente y le agradezco públicamente al director que me pagó un remisse desde Formosa hasta mi casa, le quise pagar la mitad y no me aceptó, yo estaba desesperado por volver, tenía la familia, mis chicos estaban solos, todo un lío con la Gendarmería, el viaje fue toda una aventura. Como unas 40 horas para llegar a casa, fue muy bravo, ahora volvería a Formosa, el lugar me encantó, la ciudad es muy bonita, hay cosas que gracias al cine uno conoce, que sino no conocerías nunca. Es muy bonita la ciudad, muy apacible, tranquila, hay pobreza pero es una ciudad digna. Las escuelas son agradables, esa zona de “Herradura” es muy hermosa, lugar que nunca en mi puta vida hubiera conocido si no era por esta película, también tiene que ver con el cine que te lleva a conocer lugares que nunca hubiéramos conocido. Quién se va a ir de vacaciones a Formosa?, al porteño ni se le cruza por la cabeza.
¿Sentís que la aparición de la pandemia en el rodaje fue como una “película dentro de otra película”? Gustavo Garzón:Sí, fue una locura, toda la pandemia fue una locura. Me acuerdo el día que paramos con la filmación, que era medio de noche, justo en medio de una toma, se acabó. Y todos ahí no sabíamos que hacer, donde ir, que hacíamos con nuestras vidas, como seguía la película, qué iba a pasar con el mundo, bueno, lo que vivimos todos. Cada cual lo vivió a su manera, pero fue muy impresionante vivirlo ahí en medio del monte en una noche de rodaje, el desconcierto general, la angustia, el miedo, bueno, lo que vivimos todas las personas. Vos no podías andar por las rutas, en Chaco no te dejaban pasar, me acuerdo que tuvimos una charla con un policía que fue memorable. El tipo delante nuestro se paró y nos dice “bueno, sabemos que todos quieren volver a casa, pero va a ser mejor que se queden acá, en este lugar van a estar mejor, tienen naturaleza” (sic). Yo quería ir a comprar algo al kiosco y había cinco milicos apuntando con el arma, me decían “vuelva a su casa!” (risas).
Por eso te pregunté si sentiste que la pandemia parecía un film metido dentro de esa película que estaban rodando. Gustavo Garzón: Bueno, yo creo que la pandemia fue la mejor película que hizo la humanidad en su historia. Ni una película de ciencia ficción podía imaginar las cosas que ocurrieron en ese momento. Fue la gran película del mundo, no solo mía, de toda la humanidad. Todos nos vimos obligados a cambiar nuestra vida de la noche a la mañana, fue como un tester de violencia, claro, de esa noche a la mañana ya sos otro, no tenés otra vida, nada es igual que ayer.
Una escena de riesgo. Gustavo Garzón debió afrontar un duelo mental con un yacaré en el río formoseño.
Buscando opciones ante el aislamiento impartido
¿Lo ocurrido te hizo reconsiderar cosas de tu vida por todo lo ocurrido? Gustavo Garzón: Yo no la pasé mal en la pandemia, hasta hay cosas que extraño, parece un descubrimiento, también me las rebusqué, seguí trabajando, vendía vino, daba clases, no pasé penurias. Dirigía por zoom, me las rebusqué más o menos con eso, pero después encontré algo que a mí me hacía falta, que si no era por la pandemia nunca habría conocido, que es entrar a la cocina de mi casa, hacer un huevo frito, regar las plantas. A mí las mujeres me han hecho siempre todo. Ahí estaba soltero, separado, estaba con mis hijos, tuve que aprender a limpiar la casa, hacer las compras, bueno, las compras siempre las hice. Fue aprender a cocinar y amigarme con el hogar, a convertir al hogar en un lugar amigable y amoroso , porque lo único que tenía era eso. Tenía la ventaja que tenía los chicos discapacitados y podía salir a la calle, entonces no dejé de salir ni un día. Salía a caminar, la ciudad era un desierto, andaba con los “mellis”, no me podían decir nada, salí todos los días a caminar.
¿Te hacía ruido esa historia sobre el monte, que captura a la gente, según el guión? ¿Pensabas que habría algo cierto en esa leyenda que cuenta este largometraje? Gustavo Garzón: No pensaba si podía ocurrir o nó, estaba escrito, para mí tenía que ser verdad, no le pregunté a Sebastián el director, si el mito podía ser verdad, él no me quiso decir del todo y yo pensé que era verdad. Si yo pienso que eso no es verdad, no lo puedo hacer. Yo creía que es verdad, no solo un mito, que es real, porque si no te lo crees no podés hacerlo, sentía que la situación me llevaba y la dejaba, es un juego también, pero hay que jugarlo en serio, porque si no te crees el juego, lo perdés.
¿Qué pasó cuando viste terminado el filme? Gustavo Garzón: Me impresionó gratamente, creo que es una película de alto vuelo, la fotografía, la música, las cosas que uno no sabe cuando está actuando, ahí lo único que verificás es que la letra esté bien, no sabés que mierda están haciendo y cómo va a ser la película. Es un film que tiene mucho vuelo, no es una película “menor”, es una muy buena película, lo felicité a Sebastián cuando terminó porque me sorprendió, uno lo ve tan “chiquito”, piensa que hacen películas “chiquitas”, sin embargo hizo una película grande, importante, a nivel internacional, su fotografía, su música, es muy imponente. Es una película que mantiene la tensión hasta el final, eso es lo que más importa de una película, que mantenga al público interesado en saber como termina, logra mantener la tensión con herramientas nobles del guión, la textura, el sonido, la tensión que sabe crear el director.
Padre e hijo. Aparte de la leyenda que rodea a la zona, un encuentro de duros cuestionamientos.
Anécdotas y expectativas en los tiempos que corren
¿Alguna anécdota por fuera de la recomendación oficial en pandemia? Gustavo Garzón: Cuando llegué para filmar, ya se sabía lo del covid 19, pero ellos estaban con el asunto del dengue, “el dengue”, “cuidado con el dengue!”, una médica en la filmación decía “cuidado con el dengue, está muriendo gente”, “y el coronavirus?”, “el corona virus no importa, el dengue!”, “què hay que hacer?”, “Off todo el tiempo” (risas), estábamos todos ahí con el “Off”en aerosol, después llegó el coronavirus, ya era todo un protocolo filmando.
¿Cómo son tus expectativas a la hora de un estreno, en este caso en el cine? Gustavo Garzón: Bueno, yo ya la ví la película y ya está, quería ver cómo había quedado la película y tenía curiosidad de mi trabajo, había hecho algo fuera de lo común y quería ver si en pantalla era efectivo o nó, me gustó, no tengo ninguna expectativa más de nada, soy muy autocrítico. Digamos que la crítica que más me importa es la que hago de mi trabajo, soy muy perfeccionista, pero no me hago expectativas de nada, ni de éxito, porque después te caes. Lo mío es el día a día, trabajar, si uno queda conforme con uno mismo y el producto, es lo más importante, lo demás no está en manos de uno.
Fanático de Instagram. El actor fue posteando imágenes del lugar, incluso cuando llegó la pandemia-
La pérdida completa de la emoción inaugural
Con esto que una película se verá en distintos formatos, cine o las plataformas, ¿sentís que se acabó la presión que había antes con el estreno de un film? Gustavo Garzón: En estos casos se pierde completamente la emoción, la adrenalina, la ven ni donde ni cuando, ni te importa, la única realidad es la que uno vive, entonces vas al cine, está lleno, está vacío, cuantas semanas dura, después todo lo demás es otro mundo. A mí me gusta ver cuanta gente va a verla a un cine, me interesa, es parte de mi trabajo, no es que no me interese, pero no me hago expectativas, sí me da curiosidad, saber como van las cosas, también por la suerte de todos los que trabajaron en el film, la suerte del cine argentino. Uno siempre quiere que el cine argentino camine, sobre todo en un momento tan difícil como este, de hace muchísimas décadas del cine argentino, de la televisión ni hablar, que murió para nosotros. El cine es un lugar de resistencia, el cine argentino está difícil, así que tenemos todos interés que la gente vuelva al cine, que vaya al cine, que se llenen las salas, es la única manera de reavivarlo, sino las plataformas nos llevan puesto, como la Coca-Cola hizo con los jugos, lo mismo. Hoy los tanques de Hollywood se llevan todo puesto, se llevan puesto al cine, la televisión, por suerte al teatro no se lo pueden llevar puesto, es el único lugar que tenemos de resistencia actualmente. Hay que defenderlo porque sino se lo llevarán puesto.
¿Cómo describirías la agenda de tareas que tuviste en los últimos meses? Gustavo Garzón: Bueno, se estrenó hace poco “Los Bastardos” de Pablo Yotich, allí hacía de un dirigente sindical, tenía que hacer a un matòn. Durante mediados de 2021 también hice otra con Noemí Frenkel en la provincia de Mendoza, que se llama “1 por ciento”, dirigida por Martín Viaggio. Es un rol protagónico, sobre un hombre diagnosticado con una enfermedad muy grave y terminal, replanteándose como vivió su vida allí en esa localidad. Después hice una serie que se llama “Barrabrava”, que va en el 2023, es de Amazon Prime Video, hago del jefe de la barra brava de “Atlètico Libertad del Puerto”, estuvimos filmando tres meses en el Uruguay. Me metí y la hice, usé alguna referencia de haber ido a la cancha, conocer los partidos, soy de Argentinos Juniors. Se filmó todo en Uruguay y lo hicimos con la hinchada de Nacional, fue una hinchada real sin extras. Se trataron de meses bastante intensos, por lo que recuerdo ahora. Estoy muy satisfecho.
Sin tiempo para descanso. Hace el unipersonal «Bufón» en teatro y sigue brindando clases.
El privilegio de poder trabajar en la actualidad
¿Cómo definís este momento de tu carrera profesional? Gustavo Garzòn: Laburo, por suerte, vivo de esto, me siento un privilegiado. Hago un unipersonal sobre textos de Chejov llamado «Bufón», que es todo un desafío para mí, doy clases, en estos días me dedico más que nada a eso, al teatro y a las clases.
En su momento allá por el 2018 tuviste que hacer al abogado del campeón mundial de boxeo Carlos Monzón, en aquella serie filmada sobre el púgil. ¿Cómo recordás aquél trabajo ahora a la distancia y el hecho real? Gustavo Garzón: Y..me dio muchas satisfacciones, gracias a eso empecé a abrirme un camino en las series. Yo no me dí cuenta, pero la gente me dijo que estaba muy bien, lo hice normal, pero después me dio muchas gratificaciones. Cuando ocurrió el hecho real, a las noticias policiales no les daba mucha bola y del hecho en sí no me acuerdo mucho de verdad. Me dio pena, todas esas situaciones son horribles, nó?, matar a una mujer, ir preso, morir, todo fue un espanto, un final lamentable, como suele pasar a tantos ídolos en Argentina, a los que la droga les hace estragos.
Según lo que comentaste antes sobre los estrenos en distintas opciones. ¿Qué pueden hacer los actores para que las plataformas como decís no se «lleven puesto» al cine? Gustavo Garzón: Nosotros no podemos hacer nada. En los complejos de cine la mayoría de las películas son tanques de Hollywood, tendría que haber algún ministerio, alguien que se ocupe, el INCAA solo nó, más de arriba, del Gobierno, de no permitir que la industria del cine nacional desaparezca. De sostenerla, defenderla, de jerarquizarla, está bien que estén las plataformas, pero eso no quiere decir que desaparezca el cine, o que desaparezcan los actores de la televisión, como hemos desaparecido, porque nosotros no podemos hacer nada por eso. Tiene que haber un acuerdo entre sindicatos, empresarios, para ver como se puede hacer para que siga vivo el cine argentino, para que los actores sigamos en la televisión. A mí de las plataformas me llaman para trabajar, un poco sí, yo voy, laburo y agradezco, pero el cine está muy complicado y esto es lo nuestro. Es claro, las plataformas son extranjeras, nosotros vamos a laburar para ellos, pero la cultura nacional tenemos que defenderla nosotros.