Denunciada por mùltiples conductas irregulares, dejò en claro que obsesionada por todos sus objetivos, no titubea en utilizar todos los recursos y conductas màs antisociales que la polìtica argentina emplea a diario para imponer de una u otra forma sus postulados.
Por David Dakota
(Capital Federal – Lunes 06 de Julio 2020) Lo preocupante no es perder sino la manera en que eso ocurra. Hay derrotas dignas, honrosas y valga el juego de palabras, victoriosas, pero sin olvidar el resultado adverso segùn el oponente. Anoche, la televisión abierta dejò claro que tambièn puede haber derrotas patèticas y forzosas, muchas de ellas sumidas con gran producción en el mayor escàndalo alcanzable en la tv argentina. Turner y Telefè casi de improviso…o esperando que nadie se percatara del error cometido en un casting que, como la gran mayorìa de estos procesos de selección, expusieron su repentizaciòn para de veloz forma corregir un error que dejò en claro que quienes lo llevan a cabo, son una gran manga de nabos, o la màs vergonzosa escuadrilla que poblò las empresas que hoy generan diversos contenidos para un viejo sistema de transmisión por aire, que ante la nueva pandemia de plataformas o sistemas de emisiòn comienza a mostrar graves sìntomas de una decadencia incorregible.
Todo el mundo sabìa que Samanta Casais, una oportunista que busca hacerse un lugar en la brutal jungla de consolidación profesional, se habìa inscripto al segundo casting oficial de un concurso de gastronomía televisiva que venìa precedido de muy buena repercusión en su temporada debut, habiendo participado antes en algunos ciclos de tv por cable, sin olvidar su labor profesional en algunos lugares donde tambièn se dedicaba a preparar y comercializar determinados alimentos. Estos dos puntos obviamente la invalidaban de cuajo para tomar parte del concurso“Bake Off 2:el mejor pastelero amateur”, un programa pèsimamente conducido por la ex-modelo Paula Chaves.
Cuesta creer que a los facturadores mamertillos que desarrollan el casting de un ciclo asì no se les haya ocurrido hacer una revisiòn en distintos àmbitos digitales, para establecer a ciencia cierta si las personas seleccionadas por distintos mecanismos podìan participar del programa que le ha reportado un fantàstico rating a la emisora de las tres pelotitas. Ahora, ya con el asunto consumado, las sospechas crecen al tamaño de la ùltima cosecha de soja previa a la elecciòn nacional de 2019, cuando la democracia decidiò despedirse por varios años del territorio sudamericano. Cuando el gran escàndalo explotò, ya no habìa forma de evitar lo inocultable, poniendo en voluminosos aprietos a la productora y tambièn al canal que todos los domingos logrò dominar las mediciones, de una pantalla chica que cada dìa da saltos agigantados hacia su predecible defunción.
Forzados a no permitir que alguien se burlara vorazmente en sus propias narices, tanto Turner como Telefè, dos firmas con muchìsimo prestigio ahora en caìda libre, debieron enmendar un històrico mamarracho de dimensiones descomunales cuando se supo que la ganadora del programa no cumplìa con los requisitos bàsicos para participar. Esto no serìa lo màs grave, pues en estas horas casi como un golpe de gracia a un boxeador que no se ha levantado del suelo, tambièn se supo que Damián Pier Basile, a la postre el vencedor legal de la competencia, tambièn tiene un pasado profesional y actividad televisiva previa al evento donde participò, lo cual deberìa ser penalizado,quitàndole el tìtulo que anoche tres cocineros de morondanga le entregaron en una ceremonia grabada a los apurones el sàbado para reparar el bochornoso macanòn que se mandaron dàndole la victoria a la dueña de las làgrimas de telgopor màs berretas.
Cuando los supuestos especialistas de esta dulce especialidad gastronòmica le permitieron efectuar su descargo, Samanta Casais utilizò un escueto conjunto de palabras, propias del acusado a la silla elèctrica en un estado norteamericano. “Sì, cometì un error, y les pido disculpas”, fue la lacònica y tajante respuesta de la participante,quien enseguida demostrò que tiene un gran futuro en la polìtica argentina. Primero, como todos los que metieron la gamba hasta el caracù, expuso la supuesta cadena de comentarios ofensivos hacia ella en las distintas redes sociales que posee, buscando como hábil polìtico que lo pescaron con las manos en la masa delante de una multitud, una muy clara y elocuente victimizaciòn, lindante en la peor performance histriònica que se recuerde en los ùltimos veinte años de la pantalla catòdica.
Lo que hizo esta ganadora trucha del concurso no fue un mea culpa, sino un peligroso juego verbal donde no admitiò que intencionalmente falseò sus datos al participar del casting. Una falsedad no es un error, sino una conducta ilegal, que en varios lugares del mundo es penada seriamente, salvo aquì donde a los que la usufructùan suele declaràrselos“ciudadanos ilustres”o designaciones por el estilo. Si con sus palabras tratò de suavizar el desastre cometido, la embarrò de lo lindo horas màs tarde cuando en varias entrevistas pautadas por la productora del programa, declarò lo màs suelta cuerpo sin que se le cayera una pestaña que“soy la ganadora, los partidos se ganan en la cancha”.
Es una pena que nadie haya salido a decirle que para ganar, primero hay que competir en igualdad de condiciones, algo que ella violò desde el mismìsimo instante en que inscribiò su nombre para participar, sabiendo que violentaba intencionalmente todas las reglas de un concurso televisivo donde tambièn es importante respetar las normativas que impone una competición de esta naturaleza, por màs que sea advertir quièn prepara los mejores pasteles del mundo amateur. Damián Pier Basile tambièn debiò ser descalificado, pero el desastre ya estaba consumado y otra descalificación hubiese sido el escàndalo màs grave de una cuarentena televisiva que està dejando màs vìctimas de lo esperado.
Hay detalles que agravan todo lo ocurrido, muchos de los cuales asomaron a la luz apenas se supo que la participante habìa incurrido en una conducta ilegal. Samanta Casais fue denunciada en los fueros legales por haber vendido un fondo de comercio en màs de una ocasión durante una transacción comercial. Como si no alcanzase esta dura mancha personal y profesional por un local en Buenos Aires, tambièn conviene recordar que los familiares de Alfredo Olguìn recordaron que esta participante fue condenada por homicidio culposo, luego de haber embestido con su vehìculo a esta persona de 74 años que perdiò la vida,y que segùn sus primogènitos, no recibiò ayuda de la involucrada tras el hecho ocurrido hace tres años en una conocida autopista.
La autora de la patètica frase “soy la ganadora, los partidos se ganan en la cancha”durante una olvidable entrevista diseñada para escusarla de semejante bochorno, responde firme a los cànones de una devaluada sociedad donde la totalidad de los valores èticos y morales estàn hoy en devastador proceso de extinción. La participante de las coloridas bandanas y esas inconfundibles làgrimas de telgopor generò un fraude televisivo, amèn de convivir en los ùltimos años con la condena confirmada de un homicidio culposo y nuevos cargos por la venta ilegal de un fondo de comercio.
Estos episodios podrìan ser tranquilamente los antecedentes de uno de los tantos personajes que incursionaron en la polìtica desde el año 2003 en adelante, pero paradójicamente corresponden apenas a una mediàtica cocinera de pasteles,que sin dudas podrìa tener un gran futuro en los àmbitos donde militan figuras de diversa calaña que hoy ostentan funciones gubernamentales o cargos en varios sindicatos denostados por el comùn de los mortales.
Con un andar hipócritamente profesional, dando sobradas muestras de su especialidad en simulación lacrimògena, no titubea en aplicar la victimizaciòn cuando los cargos aparecen sobre su persona, mecanismo para disfrazar las trampas y conductas ilegales en los que se ve involucrada. Las reacciones al advertirse sus papeles flojos en la inscripción del concurso,son apenas la distintiva punta de un iceberg de un nuevo personaje que anunciò en las redes sociales su futuro casamiento, la venta de sus distintivos pañuelos y hasta su alegrìa por el respaldo de uno de los añejos jurados del concurso televisivo, a quien no le temblò el pulso durante una entrevista para señalar que si abriese un local de pastelerìa, ella serìa la primera convocada al mismo, aspectos que en realidad obran como bombas de humo para disimular lamentablemente…lo indisimulable.
